Realiza tu propia dieta mediterranea
La dieta mediterránea ha demostrado con creces sus características saludables, la más recomendada para conseguir un buen estado de salud y protección frente a un número importante de enfermedades como la hipertensión, la hipercolesterolemia, la diabetes tipo II, entre otros.
Uno de los alimentos desterrados de la dieta mediterránea son, sin duda, los hidratos de carbono. Los hidratos de carbono, nutriente principal de los farináceos: cereales y derivados (pasta, arroz, galletas, pan…) y los tubérculos; constituyen la principal fuente de energía para nuestras células. En la dieta mediterránea, la energía proveniente de estos debería representar entre el 50 y el 60% del aporte calórico total. ¿Qué quiere decir esto?
Tu propia dieta mediterranea adecuada
Para comer correctamente, los farináceos deberían estar presentes en cada comida. Un ejemplo:
- pan para el desayuno
- arroz para comer
- galletas para merendar
- patata para cenar
Pero, curiosamente, es el alimento más restringido a las dietas de adelgazamiento por su fama de engordar. Una fama totalmente desmerecida. No hay alimentos que engordan u otros que adelgacen por sí mismos. Dependerá de la cantidad consumida de cada uno y de las necesidades energéticas de la persona.
Otros argumentos en contra de los cereales es su procesado. Aquí hay que apuntar que no es lo mismo consumir pan, por ejemplo, que » bollería » industrial.
Otro punto a favor de la dieta mediterránea es la combinación de los alimentos. Las propiedades atribuidas a esta lo son en su conjunto.
Por ejemplo, cuando comemos el farináceo cocinado con las verduras, los beneficios son superiores porque la fibra de las últimas no sólo nos aporta beneficios para su consumo individual, hace más lenta la absorción de los hidratos, lo cual beneficia el control de la glucosa en sangre y minimiza las desventajas del procesado.
El consumo de hidratos de carbono contribuye a una mayor sensación de saciedad, lo que ayuda a seguir la alimentación correcto para mantener el peso saludable.
Un plato muy representativo de la dieta mediterránea, junto con las legumbres, es la paella o arroz a la cazuela.
¿Qué lo hace equilibrado?
Arroz: farináceo. Recuerde lo que hablábamos de la cantidad? La que cabe en un plato llano, medida rasa.
Verduras: tomate, cebolla, judías, pimiento… Hay que consumir dos raciones, una en el almuerzo y una a la cena. Como la ración no es muy grande lo combinaremos con una ensalada
Carne o pescado: aporte proteico en cantidad moderada. Una de las premisas que hace de la dieta mediterránea protectora y saludable es la cantidad moderada y la variedad del aporte de proteína: pescado, legumbres y huevos.
Otra cosa curiosa: la cantidad de dietas proteínas que han salido al mercado, cuando sabemos que consumimos demasiado proteína.
Pero, ¿podemos comer paella (o otros farináceos) si queremos controlar el peso?
Para contestar a esta pregunta hay que tener en cuenta otro factor tan importante como lo que comemos:
El gasto energético. Y, ¿qué es esto? Hablamos de la energía que consume nuestro cuerpo diariamente.
Para mantener el peso debemos conseguir consumir lo mismo que gastamos. Por tanto, para perder peso hay que gastar más de lo que se consume.Pero no lo podemos hacer de cualquier manera. No podemos consumir menos sin aumentar el gasto. Es necesario que, haciendo una alimentación saludable, aumentamos el gasto realizando actividad física adecuada a nuestras capacidades.
Por lo tanto, debemos aumentar las actividades con movimiento y disminuir las sedentarias. Y esto lo haremos regularmente, a ser posible cada día. Intentando reducir las horas de sedentarismo al día. La práctica habitual de actividad física, entre otras muchas, tonifica y aumenta la musculatura, tejido activo que consume energía, durante el ejercicio y después de éste. De modo que necesitamos los hidratos de carbono, en las cantidades adecuadas durante todo el día.
Yo siempre aconsejo realizar una dieta mediterranea y saludable y actividad física diaria. Creemos firmemente con el carácter preventivo de esta recomendación. Además, pensamos que practicar estos buenos hábitos nos hace sentir bien, ser más optimistas, dormir mejor, tener más energía y vivir mejor.